S/T

Quitar a las palabras hojarasca, a la sintaxis recovecos, limpiar de broza el suelo. Que la pobreza sea el sentido de tus pasos.


 

Limpio el gesto, sin ostentación. Limpio el lenguaje de marcas, de espurios aditivos. Que el tiempo acabe por carcomer las sobras.


 

La pureza es el reverso de la glotonería. Es la cara del hambre.


 

Escavar para encontrar el sentido de escavar. Rezar para encontrar el sentido de rezar. Borrar para encontrar el sentido de nacer.


 

«Nada», a veces, es una palabra que te llena la boca, como «silencio» te llena el buche de burbujas de aire, de pompas de jabón.


 

En cierto tipo de poemas existe una falsa profundidad hecha con palabras viscosas, de una densidad pastosa y sucia, que apenas nos alcanza a la altura de los tobillos y que nos llena los zapatos de barro. Sin embargo, muchos otros, de aparente sencillez y claridad, tienen una profundidad abisal. Son aquellos poemas que aparentan pozas cristalinas cuyo fondo parece estar al alcance de la mano pero que, sin embargo, metidos hasta el cuello, y sin hacer pie, el agua nos ahoga hasta casi impedirnos respirar.